¿Reestructuración?
// Correo publicado en E-consulta en la columna "La Corte de los Milagros"
“Los mensajes que el Rector ha emitido desde su llegada a la Universidad creo que no se han valorado. Pedro Ángel Palou ha insistido en que la Universidad se está rediseñando y evolucionando. Sin embargo, creo que esa evolución no se ha percibido desde su real perspectiva y quizá ahí está la clave de todo.
“Les invito a dejar por un momento los prejuicios y la información que vertiginosamente se ha manejado en los últimos 45 días, para observar la perspectiva que les voy a mostrar, haciendo a un lado el complot y toda esa cortina de humo que se ha generado con el único fin de evitar que el tema central salga a la luz pública.
“Si intentáramos calificar la gestión administrativa del Dr. Palou en los últimos 2 años, el consenso de la comunidad lo denominaría “DOS” correspondiendo a las siglas de Discrecionalidad, Opacidad y Sigilo. Aún cuando se plantea que la UDLA tiene bajo sus principios estratégicos la “Responsabilidad Social”, este precepto no necesariamente coincide con rendimiento de cuentas, transparencia y responsabilidad ética.
“La administración ha sido seriamente vulnerada por la influencia del Gobierno, a grado tal que debemos pensar que la UDLA ha dejado de ser una Universidad “Privada”. Ha sufrido una “estatización” casi imperceptible. ¿Cómo se puede llegar a esa conclusión?
Primero, les invito a analizar con toda seriedad los puestos directivos que fueron afectados tan solo en los últimos 2 meses y se podrá determinar la transformación del gobierno interno. Para quienes hayan perdido la cuenta de las personas que han salido ocupando funciones administrativas, entre otras, son: Luis Foncerrada, Vicerrector General (recordar que tenía bajo su mando tanto el área administrativa como la académica); Mario David Riverroll, Contralor; Marco Antonio Cerón, Director General de Finanzas; Carlos Nava, Director de Nuevos Proyectos; Claudia Terzi, Abogada General; José Antonio Domínguez, Director de Auditoría; José Alfredo Jiménez, Director de UDLA Consultores; Leonel N., Director de Publicaciones; Sebastián Pérez, Director General de Planeación e Innovación; Cristina Feldman, Directora Escolar y de Ayuda Financiera; Martha Fernández de Lara, Directora de Incorporación Estudiantil; Miguel Ibarra, Director de Eventos; Antonio Fraga, Director de Desarrollo Institucional y Procuración de Fondos.
“Esto equivale a reformar toda la estructura de Control Financiero y Administrativo de la Universidad, sin contar que en junio de 2006 fueron removidos los Directores de Finanzas, Mauricio Villegas; de Recursos Humanos, Roberto Ochoa, y Compras, Carlos García.
“Cualquier optimista pensaría que es una reingeniería lo que se está haciendo, pero al evaluar que la gente que ingresa a la Universidad para ocupar esos cargos, proviene dependencias gubernamentales, el proceso se torna francamente claro: el Gobierno tiene injerencia directa en la administración de la UDLA. Por eso los nombramientos no se publican (salvo casos extremos)
“El recién nombrado Vicerrector Académico, Dr. Moisés Rosas Silva, estudió su maestría en Ciencias Políticas, grado y especialidad que seguramente será común observar en los bienaventurados funcionarios de “nuevo ingreso”, como el Secretario General, Miguel Ángel Pérez Maldonado, que trabajó en la Secretaría de Cultura del gobierno del estado; el Director de Administración, Ricardo Vázquez Chávez, quien también viene de la Secretaría de Cultura; el Director de Finanzas, Eduardo Tovilla, quien trabajó en la Secretaría de Finanzas y el Congreso del estado con Rafael Moreno Valle; el Director de Comercialización, Luis Enrique Fernández de Castro, que trabajó en el gobierno federal; el Director de Recursos Humanos, Ernesto García, quien no tiene experiencia en el manejo de personal.
“La ola es aún mayor, pues al área de eventos llegó Mauricio Pardo Ruiz, quien proviene de la SEDECO y a la Dirección Escolar, Juan Carlos Morales Páez, quien trabajó en la Secretaría de Finanzas y en el gobierno de Enrique Doger.
“Ahora hasta nos damos el lujo de tener directores que no están en funciones, al más puro estilo de Gobierno (si no lo creen, pregunten por el Director de Comunicación Social, Felipe Flores Núñez, que fue destituido de su cargo en febrero de este año, a raíz del conflicto con el periódico La Catarina y que sigue deambulando por el campus. A puestos no directivos también se ha incorporado gente que proviene del SICOM, como María López, que era jefa de información.
“Los mensajes que el Rector ha emitido desde su llegada a la Universidad creo que no se han valorado. Pedro Ángel Palou ha insistido en que la Universidad se está rediseñando y evolucionando. Sin embargo, creo que esa evolución no se ha percibido desde su real perspectiva y quizá ahí está la clave de todo.
“Les invito a dejar por un momento los prejuicios y la información que vertiginosamente se ha manejado en los últimos 45 días, para observar la perspectiva que les voy a mostrar, haciendo a un lado el complot y toda esa cortina de humo que se ha generado con el único fin de evitar que el tema central salga a la luz pública.
“Si intentáramos calificar la gestión administrativa del Dr. Palou en los últimos 2 años, el consenso de la comunidad lo denominaría “DOS” correspondiendo a las siglas de Discrecionalidad, Opacidad y Sigilo. Aún cuando se plantea que la UDLA tiene bajo sus principios estratégicos la “Responsabilidad Social”, este precepto no necesariamente coincide con rendimiento de cuentas, transparencia y responsabilidad ética.
“La administración ha sido seriamente vulnerada por la influencia del Gobierno, a grado tal que debemos pensar que la UDLA ha dejado de ser una Universidad “Privada”. Ha sufrido una “estatización” casi imperceptible. ¿Cómo se puede llegar a esa conclusión?
Primero, les invito a analizar con toda seriedad los puestos directivos que fueron afectados tan solo en los últimos 2 meses y se podrá determinar la transformación del gobierno interno. Para quienes hayan perdido la cuenta de las personas que han salido ocupando funciones administrativas, entre otras, son: Luis Foncerrada, Vicerrector General (recordar que tenía bajo su mando tanto el área administrativa como la académica); Mario David Riverroll, Contralor; Marco Antonio Cerón, Director General de Finanzas; Carlos Nava, Director de Nuevos Proyectos; Claudia Terzi, Abogada General; José Antonio Domínguez, Director de Auditoría; José Alfredo Jiménez, Director de UDLA Consultores; Leonel N., Director de Publicaciones; Sebastián Pérez, Director General de Planeación e Innovación; Cristina Feldman, Directora Escolar y de Ayuda Financiera; Martha Fernández de Lara, Directora de Incorporación Estudiantil; Miguel Ibarra, Director de Eventos; Antonio Fraga, Director de Desarrollo Institucional y Procuración de Fondos.
“Esto equivale a reformar toda la estructura de Control Financiero y Administrativo de la Universidad, sin contar que en junio de 2006 fueron removidos los Directores de Finanzas, Mauricio Villegas; de Recursos Humanos, Roberto Ochoa, y Compras, Carlos García.
“Cualquier optimista pensaría que es una reingeniería lo que se está haciendo, pero al evaluar que la gente que ingresa a la Universidad para ocupar esos cargos, proviene dependencias gubernamentales, el proceso se torna francamente claro: el Gobierno tiene injerencia directa en la administración de la UDLA. Por eso los nombramientos no se publican (salvo casos extremos)
“El recién nombrado Vicerrector Académico, Dr. Moisés Rosas Silva, estudió su maestría en Ciencias Políticas, grado y especialidad que seguramente será común observar en los bienaventurados funcionarios de “nuevo ingreso”, como el Secretario General, Miguel Ángel Pérez Maldonado, que trabajó en la Secretaría de Cultura del gobierno del estado; el Director de Administración, Ricardo Vázquez Chávez, quien también viene de la Secretaría de Cultura; el Director de Finanzas, Eduardo Tovilla, quien trabajó en la Secretaría de Finanzas y el Congreso del estado con Rafael Moreno Valle; el Director de Comercialización, Luis Enrique Fernández de Castro, que trabajó en el gobierno federal; el Director de Recursos Humanos, Ernesto García, quien no tiene experiencia en el manejo de personal.
“La ola es aún mayor, pues al área de eventos llegó Mauricio Pardo Ruiz, quien proviene de la SEDECO y a la Dirección Escolar, Juan Carlos Morales Páez, quien trabajó en la Secretaría de Finanzas y en el gobierno de Enrique Doger.
“Ahora hasta nos damos el lujo de tener directores que no están en funciones, al más puro estilo de Gobierno (si no lo creen, pregunten por el Director de Comunicación Social, Felipe Flores Núñez, que fue destituido de su cargo en febrero de este año, a raíz del conflicto con el periódico La Catarina y que sigue deambulando por el campus. A puestos no directivos también se ha incorporado gente que proviene del SICOM, como María López, que era jefa de información.
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