Algunos defensores de Palou cuestionan el hecho de que nadie que pertenezca a la vida activa de la UDLA haga público su repudio, el mismo Palou se atrevió a minimizar a los graduados que se manifestaron abiertamente diciendo que eran sólo unos cuantos, y además, “los que ya se van”(sic). El hecho es que al interior de la universidad -profesores, estudiantes y administrativos- estamos regidos por un recién puesto en vigencia Código de Ética.
En el semestre de otoño 2006 (justo a mediados) la Dra. Claudia Magallanes, jefa del Departamento de Ciencias de la Comunicación, optó por la “renuncia voluntaria” del cargo para la inmediata imposición de una señora con grado de licenciatura recién contratada, con total desconocimiento de la dinámica universitaria, y quien se convertiría en la actual jefa de Comunicación Social de la universidad (este departamento se encarga de dar la versión oficial a los medios), su nombre, Martha Laris.
Algunos estudiantes de Ciencias de la Comunicación, después de haberse encontrado con el hermetismo de la administración, decidieron manifestar su rechazo al acto de imposición cometido por las autoridades (o la autoridad, su señoría Palou). Convocaron a una colecta de firmas para una carta dirigida a palou (juntaron cerca de 170), portaron moños negros y se manifestaron afuera del auditorio en un evento público donde se esperaba su presencia para demandar una respuesta. Fue ahí donde fueron video-grabados por elementos de seguridad de la UDLA, fichados en una lista negra y convocados a una reunión de amedrentamiento con dos alfiles de Palou: José Tamborero y el recién despedido Sebastián Pérez.
Los estudiantes fueron enviados a Comisión Disciplinaria y amonestados por su comportamiento, el siguiente paso es la expulsión. A la par, la Mesa Directiva de comunicación también hizo público su repudio en el consejo estudiantil esperando apoyo de otras carreras en esa crisis. Por el contrario, fue destituida como representante estudiantil y sus miembros sancionados por la misma comisión disciplinaria.
Disuelta la crisis por palou en noviembre de 2006, sin ninguna clase de anuncio y en un apartado de la pagina web institucional “Comunidad UDLA”, se puso en vigencia un nuevo Código de Ética; revisado por Pedro Ángel Palou y autorizado por el sr. Guillermo Jenkins. De contenido vertical y autoritario era prácticamente la receta del proceso que aplicó para sancionar a los estudiantes de comunicacion. ¿Un código de ética? ¿con sanciones? Si, de verdad. En él detalla la misión y visión de la institución y en el apartado IV alardea de los valores que la rigen: excelencia académica, honestidad y respeto por mencionar algunos.
El apartado a resaltar es el XVII.- Declaraciones Públicas
La permanente aplicación de actividades informativas y de difusión debe contribuir a fortalecer y beneficiar la imagen institucional, respetando lo indicado en el punto X relativo al Manejo de la Información y Documentación. Para ello es importante transmitir a la opinión pública, a los medios de comunicación y a la Comunidad Universitaria, la imagen de una Institución de prestigio, sólida, cohesionada, plural y abierta al diálogo y a la crítica constructiva.
Todos los miembros de la Comunidad Universitaria poseen total libertad de pensamiento y expresión. Sin embargo, bajo ninguna circunstancia se denigrará a la Institución. Las declaraciones públicas deberán ser consistentes con los valores de la Universidad que se mencionan en el presente Código.
Y las sanciones en el apartado XXIV.- Sobre las sanciones o resoluciones
Aquellos que violen las disposiciones del presente Código estarán sujetos a acciones disciplinarias que inclusive podrán dar lugar a la rescisión justificada de su relación laboral o académica con la Institución, independientemente de cualquier otra acción civil y/o penal a la que el caso en cuestión dé lugar. […]Las resoluciones tomadas por la Comisión de Ética y Conducta serán definitivas, obligatorias e inapelables para todos aquellos a quienes está dirigido el presente Código de Ética.
Yo estoy rompiendo con él al decirlo. En la UDLA no hay PLURALIDAD, en la UDLA no hay APERTURA AL DIÁLOGO ni a la CRÍTICA CONSTRUCTIVA. No denigro a la Institución, acuso a la administración que atenta contra ella y es en base a los VALORES manifiestos que me pronuncio a su favor. ¿Un Código de Ética, poco Ético? Los invito a que también rompan con él.
Bill